domingo, 23 de abril de 2017

Historia de Rosalía de Castro

Rosalía de Castro
Rosalía Castro de Murguía por Luis Sellier.jpg
Rosalía de Castro
Información personal
Nombre de nacimientoMaría Rosalía Rita de Castro
Nacimiento24 de febrero de 1837
Santiago de CompostelaEspaña
Fallecimiento15 de julio de 1885 (48 años)
PadrónLa CoruñaEspaña
Causa de muerteCáncer uterino Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidadespañola
Familia
CónyugeManuel Murguía
Información profesional
OcupaciónPoeta y escritora Ver y modificar los datos en Wikidata
Años activaSiglo XIX
GéneroPoesía y novela
MovimientosRexurdimento y Romanticismo
FirmaRosalia de Castro Firma.svg
Web
Sitio web
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Rosalía de Castro (Santiago de Compostela24 de febrero de 1837-Padrón15 de julio de 1885) fue una poetisa y novelistaespañola que escribió tanto en gallego como castellano. Considerada entre los grandes poetas de la literatura española del siglo xix,1 representa junto con Eduardo Pondal y Curros Enríquez una de las figuras emblemáticas del Rexurdimento gallego,2no solo por su aportación literaria en general y por el hecho de que sus Cantares gallegos sean entendidos como la primera gran obra de la literatura gallega contemporánea, sino por el proceso de sacralización al que fue sometida y que acabó por convertirla en encarnación y símbolo del pueblo gallego. Además, es considerada junto con Gustavo Adolfo Bécquer la precursora de la poesía española moderna.
Escribir en gallego en el siglo XIX, es decir, en la época en la que vivió Rosalía, no resultaba nada fácil por un gran número de razones. La mayor parte de ellas estaban ligadas al pensamiento y estructuración de la sociedad del momento, en la que la lengua gallega estaba muy desprestigiada y menospreciada, cada vez más distante de aquella época en la que había sido el idioma vehicular de la creación de lírica galaicoportuguesa. Toda la tradición escrita había sido perdida, por lo que se hacía necesario comenzar desde cero rompiendo con el sentimiento de desprecio e indiferencia hacia la lengua gallega, pero pocos eran los que se planteaban la tarea, pues esta constituiría un motivo de desprestigio social. En un ambiente en el que el castellano era la lengua de la cultura y la lengua protegida de la clase minoritaria dominante, Rosalía de Castro le otorgó prestigio al gallego al usarlo como vehículo de su obra Cantares gallegos y afianzando el renacer cultural de la lengua.5 6
Aunque fue una asidua cultivadora de la prosa, donde Rosalía sobresalió fue en el campo de la poesía, a través de la creación de las que pueden ser consideradas sus tres obras clave: Cantares gallegosFollas novas y En las orillas del Sar. La primera de ellas representa un canto colectivo, artísticamente logrado, que sirvió de espejo dignificante a la comunidad gallega al emplearse la lengua y tradiciones de ésta. También fue útil para proseguir con la tendencia tímidamente iniciada por el pontevedrés Xoán Manuel Pintos con su obra titulada A Gaita Galega (1853).
En la segunda obra, la autora escribió una poesía de gran profundidad, que emplea el símbolo como método para expresar lo inefable y que revela la plurisignificación propia de la más elevada poesía. Junto con las obras Aires da miña terra (Curros Enríquez), Saudades Gallegas (Valentín Lamas Carvajal) y Maxina ou a filla espúrea (Marcial Valladares Núñez) completa el conjunto de obras publicadas en la década de 1880 que hicieron de estos años una etapa clave en el desarrollo de la literatura gallega, aunque la obra de Rosalía siempre mantuvo una posición predominante con respecto al resto.
Finalmente, en En las orillas del Sar se manifiesta un tono trágico que encaja con las duras circunstancias que rodearon los últimos años de la vida de Rosalía. Escrito en castellano, la obra ahonda en el lirismo subjetivo propio de Follas novas al mismo tiempo que se consolidan las formas métricas que allí apuntaban. Inicialmente calificado de precursor y obviado por la crítica de su tiempo, hoy en día existen diferentes estudiosos que lo consideran como la principal creación poética de todo el siglo XIX.
En la actualidad, la figura de Rosalía de Castro y sus creaciones literarias continúan siendo objeto de una abundante bibliografía y recibiendo una constante atención crítica, tanto en España como en el extranjero.6 Es tal la aceptación y el interés que las obras de esta escritora despiertan en el mundo, que en las últimas décadas sus poemas han sido traducidos a idiomas como el francés,7 el alemán,7 el ruso8 y el japonés.9 10

Infancia

Nació en la madrugada del 24 de febrero de 1837 en una casa localizada en el margen derecho del Camiño Novo, la antigua vía de entrada a la ciudad de Santiago de Compostela para todos aquellos viajeros procedentes de Pontevedra. Hija natural del sacerdote José Martínez Viojo (1798-1871) y María Teresa de la Cruz Castro y Abadía (1804-1862),11 una hidalga soltera de escasos recursos económicos, fue bautizada a las pocas horas de su nacimiento en la Capilla del Hospital Real por el presbítero José Vicente Varela y Montero, con los nombres de María Rosalía Rita y figurando como hija de padres desconocidos. Con frecuencia los biógrafos de la escritora gallega han ocultado la condición eclesiástica de su padre, así como también trataron de obviar el hecho de que fue registrada como hija de padres desconocidos y que se libró de entrar en la Inclusa al hacerse cargo de ella su madrina María Francisca Martínez, fiel sirviente de la madre de la recién nacida.
En veinte y cuatro de febrero de mil ochocientos treinta y seis, María Francisca Martínez, vecina de San Juan del Campo, fue madrina de una niña que bauticé solemnemente y puse los santos óleos, llamándole María Rosalía Rita, hija de padres incógnitos, cuya niña llevó la madrina, y va sin número por no haber pasado a la Inclusa; y para que así conste, lo firmo.
Acta del bautizo firmada por el presbítero José Vicente Varela y Montero.

Casa de Rosalía en Padrón, sede de la Fundación Rosalía de Castro.
Hasta cumplir los ocho años, Rosalía se encontró bajo la custodia de su tía paterna Teresa Martínez Viojo en la aldea de Castro de Ortoño, perteneciente al municipio coruñés de Ames. Es en esta época cuando la escritora toma conciencia de la dureza de la vida del labriego gallego, así como también será en esta parte de su vida cuando tenga conocimiento y vivencia del mundo rural propio de Galicia: la lengua, las costumbres, las creencias o las cantigas que tanto influyeron en su obra titulada Cantares gallegos. Si bien no se conoce con exactitud la fecha en que la madre de Rosalía decide hacerse cargo de ella, se sabe que en torno al año 1850 la joven se traslada a la ciudad de Santiago de Compostela donde vivió junto a esta, aunque ya había convivido con anterioridad con ella en Padrón.Nota 1 Es en esta localidad gallega donde Rosalía recibió la instrucción que por aquel entonces era la más adecuada para una señorita (nociones básicas de dibujo y música), asistiendo de forma habitual a las actividades culturales promovidas por el Liceo de la Juventud junto con personalidades destacadas de la mocedad intelectual compostelana como Manuel Murguía (se duda si fue en este momento cuando conoce a Murguía o posteriormente, en su traslado a Madrid), Eduardo Pondal y Aurelio Aguirre. Todavía en la actualidad es motivo de discusión entre los diferentes críticos la relación que Rosalía mantuvo con Aurelio Aguirre, puesto que a pesar de que se desconoce si existió una relación sentimental entre ambos, la obra del mencionado sí que dejó huella en ciertos poemas de la escritora.

Madurez

En abril de 1856, Rosalía se trasladó a Madrid junto con la familia de su pariente María Josefa Carmen García-Lugín y Castro, en cuya compañía habitó la planta baja de la casa número 13 de la calle Ballesta.12 13 No se conoce con exactitud cuál fue el motivo que llevó a mudarse a la escritora, aunque Catherine Davis creyó posible que este hecho fuese debido al escándalo desencadenado a raíz del Banquete de Conxo, en el que desarrollaron un papel relevante varios miembros del Liceo, como fueron Aguirre o Pondal. Un año después de llegar a Madrid, Rosalía publicó un folleto de poesías escrito en lengua castellana que recibió el título de La flor, siendo este acogido con simpatía por parte de Manuel Murguía, quien hizo referencia a él en La Iberia.12
El lugar preciso en que Rosalía conoció a Manuel Murguía es motivo de debate.14 Nota 2 Rosalía y Manuel contrajeron matrimonio el 10 de octubre de 1858 en la iglesia parroquial de San Ildefonso.13 Fue un amigo común el que posibilitó que ambos entablasen una relación que finalmente acabó en boda. Respecto de la relación que existió entre la pareja la crítica rosaliana sugiere diversas hipótesis, que van desde idílicos cuadros conyugales hasta posturas más que matizadas, que tomando como referencia escritos atribuidos a la poetisa, dibujan la psicología de una mujer solitaria, carente de felicidad y escéptica ante el amor. Sin embargo, Murguía fue la primera de las personas que animó a Rosalía en su quehacer literario, siendo él responsable de la publicación de Cantares gallegos. Tampoco le escatimó ni apoyo social ni intelectual en una época en la que la condición femenina era considerada como minusvalía. A los siete meses de casarse, Rosalía dio a luz en Santiago de Compostela a su primera hija, llamada Alejandra (12 de mayo de 1859). A esta siguieron Aura (diciembre de 1868); los mellizos Gala y Ovidio (julio de 1871); Amara (julio de 1873); Adriano Honorato (marzo de 1875), quien falleció en noviembre de 1876 a consecuencia de una caída; y Valentina (febrero de 1877), quien nació muerta.15 Todos los hijos de Rosalía de Castro nacieron en Galicia, ya fuese en Lestrove, La Coruña o Santiago de Compostela.
El matrimonio cambió de domicilio en múltiples ocasiones, a lo que se añadió una separación del mismo a causa de las actividades profesionales de Murguía y graves problemas económicos derivados tanto de la inestabilidad laboral del marido como de la parca salud de Rosalía. Todos estos factores configuran un panorama vital que contribuye a explicar la hipersensibilidad y el pesimismo de la escritora. En 1859, el matrimonio estaba residiendo en La Coruña. Luego pasa a Madrid, de donde Rosalía regresa a Santiago (1861) para volver a la capital española. Con posterioridad, existen referencias que permiten afirmar la presencia de la poetisa en Lugo y Santiago, además de algunos viajes que realizó el matrimonio a ExtremaduraAndalucíaCastilla La Mancha y Levante. En el mes de septiembre de 1868 se produjo el levantamiento revolucionario español, conocido como La Gloriosa, pasando Murguía de ser secretario de la Junta de Santiago a director del Archivo General de Simancas, cargo que ejerció durante dos años. A partir de este momento, la vida de Rosalía se desenvolvió entre Madrid y Simancas, siendo en la ciudad vallisoletana en la que escribió gran parte de las composiciones recogidas en Follas novas.16 A fines de 1869 o en 1870 se produjo el encuentro entre Rosalía de Castro y Gustavo Adolfo Bécquer.16 Desde 1871, Rosalía no salió de Galicia. Vivió a partir de este año en las Torres de Lestrove (donde residían sus parientes los Hermida de Castro), en Dodro (La Coruña), en Santiago de Compostela y Padrón, donde prácticamente se instaló en 1875.

Últimos años


Monumento dedicado a Rosalía de Castro en el parque Alameda, Santiago de Compostela.
Los últimos años de la vida de Rosalía transcurrieron en la comarca de Padrón, lugar en el que había pasado su infancia, así como buena parte de su juventud. La Casa grande de Arretén, nombre popular con que el que se conocía al pazo en el que había nacido su progenitora, ya no era de la propiedad de la familia, factor que propició que la escritora tuviese que residir en las Torres de Lestrove entre 1879 y 1882 mientras su marido se encargaba de la dirección en Madrid de La Ilustración Gallega y Asturiana. Finalmente, se trasladó junto con su familia a la casa llamada de La Matanza, situada en la parroquia de Iria.
Rosalía nunca disfrutó de una buena salud, pareciendo predestinada desde su juventud a una muerte temprana. Como detalle anecdótico cabe señalar que a su médico principal, el catedrático Maximino Teijeiro, le dedica un libro poniéndole: «De su eterna enferma». También fue atendida, probablemente a requerimiento del anterior, por el cirujano y también catedrático Timoteo Sánchez Freire. De hecho, en las pocas cartas que se conservan y que ésta envió a su marido, con frecuencia se alude a las continuas dolencias que la atenazaban. Poco tiempo antes de fallecer, la escritora decidió pasar una temporada a las orillas del mar y por ello se trasladó a Santiago de Carril. Cierto tiempo después regresó al lugar de La Matanza, donde el cáncer de útero que padecía se fue complicando progresivamente desde 1883, mermando cada vez más a la ya de por sí débil salud de la escritora.Nota 3 Tras tres días de agonía falleció al mediodía del miércoles 15 de julio de 1885, en su casa de La Matanza, a consecuencia de una degeneración cancerosa del útero.11 El cuerpo inánime recibió sepultura al día siguiente en el cementerio de Adina, localizado en Iria Flavia, que curiosamente había sido cantado en una composición de Rosalía de Castro. No obstante, su cadáver fue exhumado el 15 de mayo de 1891 para ser llevado solemnemente a Santiago de Compostela, donde fue nuevamente sepultado en el mausoleo creado específicamente para la escritora por el escultor Jesús Landeira, situado en la capilla de la Visitación del Convento de Santo Domingo de Bonaval, en el presente Panteón de Galegos Ilustres.
Resultan especialmente ilustrativas las fidedignas líneas escritas por González Besada sobre los últimos momentos de Rosalía: «...recibió con fervor los Santos Sacramentos, recitando en voz baja sus predilectas oraciones. Encargó a sus hijos quemasen los trabajos literarios que, ordenados y reunidos por ella misma, dejaba sin publicar. Dispuso se la enterrara en el cementerio de Adina, y pidiendo un ramo de pensamientos, la flor de su predilección, no bien se lo acercó a los labios sufrió un ahogo que fue comienzo de su agonía. Delirante, y nublada la vista, dijo a su hija Alejandra: "abre esa ventana que quiero ver el mar", y cerrando sus ojos para siempre, expiró...». Sin embargo, desde Padrón es imposible ver el mar. Por ello resultan enigmáticas estas palabras puestas en boca de una persona para quién el mar fue una perenne tentación de suicidio.
Texto by Wikipedia

viernes, 14 de abril de 2017

FERVENZA DO TOXA

La catarata del río Toxa con unos 30m de altura es un hermoso espectáculo de agua, luz y sonido situada en la parroquia de Pazos, perteneciente al ayuntamiento de Silleda en la provincia de Pontevedra y en la comunidad autónoma de Galicia.

Cascada del río Toxa.
La cascada esta considerada de las más altas de Galicia en caída libre, contistúye un espacio de alto valor paisajístico que forma parte del Sistema Fluvial Ulla-Deza y participa en el proyecto Europeo Red Natura 2000, como lugar de Importancia Comunitaria.

Su diversidad botánica, aprovechada por los monjes de los monasterios de Carvaceiro y Camanzo para su farmacopea y un bosque atlántico perfectamente y maravillosamente conservado, con sp de tipo mediterráneo, conceden a este lugar características de único, incomparable y una de las más imponentes imágenes de la comunidad autónoma de Galicia por su singularidad belleza.

Si el agua es vida, entonces las cataratas son la alegría de vivir.

sábado, 25 de marzo de 2017

EL SANTO GRIAL "DO CEBREIRO"




Se fija la historia en el siglo XIV, en una fría noche del 24 de diciembre en que celebraba misa un monje.

Cuando creía que nadie iba a estar presente en el sacrificio, vio entrar en la iglesia a un vecino que, sorteando la nieve y otras inclemencias de un tiempo cruel, ascendió con gran sacrificio hasta O Cebreiro para asistir a misa y comulgar.




El ministro de Dios comenzó a desconfiar de que dicho sacrificio fuera en pos de algo válido; se preguntaba si un trozo de pan y un poco de vino podrían satisfacer a quien tanto había luchado para estar presente en su consagración.




Absorto en sus pensamientos, llegó el momento de la Consagración y fue justo en ese instante cuando el pan se convirtió en verdadera carne y el vino en auténtica sangre de Jesucristo que, hirviendo, tiñó los corporales, los cuales quedaron en el cáliz mientras la Sagrada Forma no pudo despegarse de la patena.





En 1486, los Reyes Católicos, en peregrinación a Compostela, conocen el milagro y donan el relicario donde se han conservado las pruebas evidentes hasta nuestros días.

Historias o leyendas sobre el fuego

El fuego



El rasgo mas esencial de la antigua adoración al fuego va unido al culto universal del hogar.
Hay lugares donde se cubre el fuego todas las noches y se enciende al día siguiente con el de la víspera.
Dejarle morir equivale a un sacrilegio y se paga caro.
Si por descuido u otras causas llega a apagarse, es grande el disgusto que se apodera de la familia, pues la desgracia persigue ya de cerca la casa y los que la habitan.
'O fogo morto', indicaba un lugar desierto.
El primero de enero se limpia perfectamente el hogar, se arroja el fuego de la noche y se enciende el nuevo, que para que sea propicio, debe durar todo el año.
Hay indicios de que el acto de encender el nuevo fuego revestía para nuestros antepasados todas las apariencias de un verdadero acto religioso y que se repetían entre los celtas gallegos las mismas ceremonias simbólicas que entre los arios.



En el siglo XIX, el fuego era una deidad protectora entre los montañeses de las montañas de Cervantes (Lugo) y si a alguno de ellos le torturaba o afligía pena o tribulación, acudía solo ante el hogar, avivaba el fuego y hacia sus imprecaciones:
Tennos sempre en la prosperidad, sempre dichosos, ti que eres eterno, fermoso, sempre xoven, ¡oh fogar!'.
En determinados días del año le arrojan flores(al fuego),cuando cuecen el pan le dan su porción,y pues allí como en la mayor parte de las casas campesinas de Galicia,se come alrededor del fuego, no son sólo las oraciones dichas antes y despues de la comida parecen serle dirigidas, sino que echan sobre él algunas cucharadas de grasa, y así que se levanta la llama, dicen que el fuego se alegra. Nada sucio se arroja a la limbre, pero muy en especial las cascaras de los huevos porque con ellas quemaron a San Lorenzo.
Entre novios, si el hombre solicita ante el fuego a la joven, ésta responde, "home que nos leve o lume"
El fuego del hogar es puro, la unión de los sexos debe tener lugar lejos de su presencia.


Era cosa corriente que desde el día de navidad hasta el 1 de Enero ardiese en el hogar el gran leño al que daban el nombre de tizón de Navidad.
Sus cenizas eran buenas para curar calenturas.
El tizón se encendía para que el fuego fuese mas vivo en aquellos días de regocijo y las almas de los ante pasados viniesen a visitar a los suyos y tuviesen un mas puro calor para calentarse, pues tal vez el grueso tronco que devoraba el fuego durante los días sagrados, encerraba un doble símbolo, el de la pureza y santidad del día y el de la integridad de la familia.
Una prueba de que se le consideró siempre como un ser vivo la tenemos en que en gallego no se dice por lo general apagar la luz o el fuego, sino matar o lume. Morreume a luz, mateille o candil....

miércoles, 22 de marzo de 2017

Leyenda del rio Lima

Las legiones romanas al mando de Décimo Junio Bruto, avanzan desde la Lusitania a la Gallaecia, región que todavía se mantiene independiente al poder de Roma.



Este río fue llamado Lethes por los antiguos romanos, al confundirlo con el legendario río Lete (río del Olvido) del Hades, de la mitología romana, el cual se creía que tenía la propiedad de borrar la memoria de quienes lo cruzaban.


 En 138 a. C., el general romano Décimo Junio Bruto intentó deshacer el mito, que dificultaba las campañas militares en la zona. Se dice que cruzó el río Limia y entonces llamó a sus soldados desde el otro lado, uno a uno, por su nombre. Éstos, asombrados de que su general recordara sus nombres, cruzaron también el río sin temor, acabando así con su fama de peligroso. En sus orillas construyeron el campamento de Aquis Querquennis del que se conservan restos actualmente.



En contra de lo que dice su principal leyenda, Ponte de Lima es una villa difícil de olvidar, ya que guarda la esencia propia del norte portugués, de hecho esta considerada la villa mas antigua de la actual Lusitania.
Tal como refleja su topónimo, Ponte significa puente en portugués, la localidad esta vertebrada por la estructura de piedra que con sus arcos une ambas orillas del río, cuyo caudaloso cauce nace en tierras gallegas con el nombre Limia y que anchea en Portugal bajo la denominación de Lima. Este puente de origen romano es parada emblemática del Camino de Santiago portugués donde una hermosa capilla nos saluda donde mueren sus firmes arcos.

martes, 7 de marzo de 2017

ARROZ CON LECHE


Ingredientes:

1 l leche

200 gr arroz


120 gr azúcar

1 limón pequeño

canela en polvo


Pasos a seguir:

1) Hervir el arroz en una olla con agua durante 7 minutos, aproximadamente.

2) Escurrir el arroz y volverlo a poner en la olla.


3) Hervir la leche en otro recipiente y echar sobre el arroz.


4) Añadir un poco sal, el azúcar y la piel de medio limón cortada fina.




5) Dejar hervir lentamente hasta que el arroz ya esté bien cocido.

6) Disponer en una fuente o en recipientes individuales y espolvorear con canela.

7) Dejar enfriar y listo para servir.



TORTILLA DE PATATAS




ingredientes para 4 personas


- 1/2 kg de patatas


- 6 huevos

- 1 cebolla mediana

- Aceite de oliva

Como hacer la tortilla Española


Pelamos lavamos y cortamos las patatas en cuadritos pequeños y las salamos. Pelamos y cortamos en juliana la cebolla.

Ponemos al fuego una sartén honda con abundante aceite de oliva y cuando esté caliente, echamos las patatas y la cebolla.

Mantenemos el fuego no muy fuerte, para que las patatas y la cebolla se cuezan en el aceite. Cuando estén bien blandas y ligeramente doradas, las sacamos de la sartén y escurrimos el aceite.





En un bol batimos los huevos hasta conseguir una buena mezcla. Echamos entonces las patatas y la cebolla sobre los huevos batidos y removemos bien para que quede todo mezclado y rectificamos de sal.

Poner al fuego una sartén honda anti adherente, echamos dos cucharadas de aceite de oliva y cuando esté caliente, movemos la sartén para que quede bien aceitado el fondo. Entonces echamos la mezcla de huevos, patatas y cebolla y la extendemos bien. Bajamos el fuego y movemos la sartén con movimientos circulares para que la tortilla se mueva dentro y no se pegue. Dejamos cocer hasta que se vea que empieza a hervir la mezcla.



Damos la vuelta a la tortilla poniendo un plato llano encima de la sartén, a modo de tapadera, y girando la sartén sobre el plato. Ahora echaremos de nuevo la tortilla, dejándola resbalar cuidadosamente, desde el plato a la sartén.


Movemos de nuevo con movimientos circulares la sartén y la dejamos cocer entre 2 y 3 minutos, dependiendo del gusto de los comensales. Apartamos y servimos en una fuente. Podemos servirla frí­a o caliente.





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